Cuando Sergio nos dijo que teníamos que hacer una unidad didáctica con pizarras digitales me asusté como siempre pero, como siempre, afronté el reto y lo saqué adelante gracias a mis compañeras y grandes amigas.
Para no perder la costumbre teníamos muchas ideas, pero Alba, nuestra Historiadora del arte nos dijo que le gustaría enfocarlo al arte, ya que es lo que ha estudiado y le encanta (a demás de los niños). No sabíamos cómo empezar y cómo enfocarlo, si a un pintor, a un museo, a varias obras. Le dimos varias vueltas hasta que decidimos hacerlo del gran Velázquez. Sus obras son muy conocidas por todo el mundo, y así conseguiríamos captar la atención de la gente.
Yo que no sé nada de arte, porque nunca lo había estudiado no sabía cómo hacerlo, pero cuando Alba nos explicó la variedad de teorías que hay solo de un cuadro como es el de “Las Meninas” me quedé alucinada y con ganas de saber más. Su ilusión nos la supo transmitir y así la quisimos reflejar en el trabajo.
Después de darle muchas vueltas, convenimos en hablar sobre dos cuadros, los más conocidos de Velázquez que son “Las Hilanderas” y “Las Meninas”. Nos dejamos muchos cuadros en el tintero pero es que si no, nuestra exposición podría durar horas y ese no era uno de nuestros objetivos.
Queríamos jugar con nuestros compañeros para que no les pareciese una clase aburrida de arte, así que decidimos que intentaran averiguar que pintor era a través de unas pistas ocultas y un anagrama. Cuando lo adivinaban, llegaba al taller donde el propio Velázquez les daba la bienvenida y les daba paso a unos juegos para conocer sus cuadros. Después pinchando en los cuadros seleccionados iban realizando una serie de juegos hasta llegar a los cuadros donde les explicábamos de diferentes formas, varias teorías sobre ellos. En el de “Las Hilanderas” eran los propios personajes los que les iban explicando el mito de Aracne y después, en el cuadro de “Las Meninas” veíamos a través de imágenes que iban apareciendo, las teorías de manera que fueran entendidas por todos, tanto como los que sabían algo de arte, como los que no (mi caso, por ejemplo).
Al ir pasando por los cuadros, descubrían tres trozos de una frase que después tenían que colocar: “A cada tiempo su arte, y a cada arte su libertad”. Lo que queríamos decir con ella es que le podemos dar otro punto de vista al arte, y que cada persona puede tener una explicación de una obra completamente válida. Y de esta forma, terminaba nuestra exposición.
Como he dicho antes, se nos quedaron muchas cosas en el tintero, ya que teníamos muchas ideas pero nos teníamos que adaptar a las posibilidades que nos daba el programa de SMART Notebook. Quisimos hacer otro tipos de actividades y hablar sobre más cuadros, pero al final decidimos que tal y como estaba, estaba genial.
El día de la exposición todo el mundo salió encantando y sabiendo un poco más de arte. Les gustó como habíamos utilizado la pizarra (cosa que nos costó un poco) y de cómo habíamos interactuado con los compañeros, para que además de aprender, se divirtieran y salieran con ganas de saber más. Era muy emocionante ver sus caras de asombro.
Gracias a este trabajo he aprendido a utilizar la pizarra digital, ya que nunca había tocado una, he aprendido a crear actividades para ella, y más importante, me he acercado al mundo del arte, ahora cuando vaya a algún museo disfrutaré más de las grandes obras.
Y para acabar, me gustaría darles las gracias a mis compañeras porque sin ellas no habría sido posible, cada una puso los conocimientos que sabía sobre la mesa y de ahí salió este gran trabajo. Y también, a nuestro profesor Sergio, por darnos la oportunidad de hacer este tipo de cosas que nos van a ser muy útiles a lo largo de nuestra vida profesional y personal, porque he aprendido cosas que ni pensé que existían y sobre todo, a hacerlas, ya que antes me parecían imposibles.
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